ESTRATEGIAS PARA ESTIMULAR LA AUTONOMÍA
En
nuestro día a día, los niños/as manifiestan mediante sus acciones el deseo de
ser autónomos; por ejemplo, detrás de una rabieta por no querer ponerse los
pantalones que le encantaban hace unos días, se esconde el querer elegir que
ropa ponerse.
Cuando
sienten que dirigen su vida, desarrollan por ejemplo la voluntad, que hace se
sientan valiosos y plenos y aunque a veces no puedan hacer algo que desean, si
les explicamos desde el cariño y el respeto el por qué, sentirán que son
tenidos en cuenta, que forman parte de su familia.
A continuación, os dejo unos consejos y ejemplos sobre cómo estimular la autonomía:
A continuación, os dejo unos consejos y ejemplos sobre cómo estimular la autonomía:
1.
Dar opciones al niño para que escoja:
si le podemos dar a elegir cómo hay que hacer algo, esto aliviará su
negatividad. “¿Te apetece más ponerte los pantalones grises o los rojos?”
2.
Mostrar respeto por su lucha
personal: cuando veamos que el niño está concentrado en hacer
algo y no lo consigue, evitemos utilizar las consignas “es fácil”, ya que, si
lo consigue hacer, no se reconoce mucho el mérito. Para evitar hacer algo por
ellos y apoyarles podemos usar la expresión “a veces resulta práctico…”
3.
Dejarle ser dueño de su propio
cuerpo: debemos evitar apartarle constantemente el cabello de
los ojos, sacudirle las pelusas, enderezarle los hombros, meterle la blusa por
dentro, etc. Todos esos cuidados los vive como una invasión de su intimidad
física.
4.
Dejarle contestar por sí mismo: cuando nos hagan preguntas sobre los niños en su presencia, hay que decir que
el niño/a sabrá que responder mejor que nadie. Si no puede contestar él mismo
es mejor no hablar de él/ella en su presencia: El niño/a se puede sentir como
un objeto y como una pertenencia de los padres/profesores.
5.
No se precipite en dar respuestas: por
lo general cuando un niño/a formula una pregunta, ya ha meditado sobre una
posible respuesta, nuestra labor es que el niño/a siga explorando mejor sus
pensamientos. Lo podemos hacer devolviéndoles la pregunta: “es una pregunta
interesante, ¿Tu qué opinas?”
6.
No excederse con el “NO”: hay
numerosas ocasiones en las que tenemos que contrariar el deseo de los niños/as.
Muchos de ellos lo experimentan como un ataque directo a la autonomía por lo
que actúan chillando, con rabietas, etc. Por supuesto, no hay que desistir y
decir que si, sino que podemos utilizar las siguientes técnicas alternativas al
“NO”:
a. Dar
información (y suprimir el no):
Niño:
¿Puedo ir a casa de Rubén a jugar? - En vez de contestar “no, no puedes”,
exponga los hechos: “Cenaremos en 5 minutos”.
b. Aceptar
sentimientos:
Hijo:
“No me apetece volver a casa, ¿Nos podemos quedar en el parque un rato más? - En vez de decir, “no, nos tenemos
que ir”, acepte los sentimientos: “ya veo que te quedarías aquí horas y horas.
Da pena dejar un sitio donde disfrutamos mucho”
c. Describir
el problema:
Hijo:
“¿mamá, me llevas a la plaza en coche? – en vez de decir, “No, tendrás que
esperar”, describa el problema: “Me encantaría poder llevarte. Lo malo es que
esperamos a visita de la abuela y estará aquí en 10 minutos”.
d. Siempre
que sea posible, sustituir el “NO” por un “SI”:
Hijo:
¿Me dejas ir al parque?, - En vez de decir “No, todavía no has comido”,
sustituya la frase por otra afirmativa: “claro que sí, en cuanto termines de
comer”.
Finalmente,
si nos damos cuenta, la autonomía se trabaja en la vida diaria y depende más del
adulto que del niño, por lo que debemos aprender a confiar más.
BIBLIOGRAFÍA
Faber, A. and Mazlish, E. (2011). Cómo hablar para que sus
hijos le escuchen y
cómo escuchar para que sus hijos le
hablen. Barcelona: Medici.
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