EL CONTROL DE ESFÍNTERES: DEJAR EL PAÑAL



El control de esfínteres no puede ser enseñado por nadie ya que implica mecanismos neurológicos, motores y emocionales; es un proceso madurativo que necesita tiempo y en el que habrá avances y retrocesos. Por ello, el adulto no debe decidir cuando es el momento oportuno para pasar de los pañales al váter sino observar y detectar cuando el niño está preparado para ello.

Con esta breve introducción podemos desmontar muchos mitos que existen sobre este tema, vamos a recordar algunos de manera breve:

-          Es mejor quitar el pañal en verano: teniendo en cuenta que cada niño/a madura a un ritmo y que además nacen a lo largo de los 12 meses del año, habrá unos que estén preparados para dicha época y otros que estarán antes o después. Igual de perjudicial es adelantar este proceso, ya que al no estar preparados mojarán mucho la ropa y lo vivirán con presión, que el retrasarlo ya que le estaremos transmitiendo que los dueños de su cuerpo somos los adultos.

-           Hay que sentarlos en el orinal cada media hora y tienen que esperar hasta que salga: si los obligamos y les hacemos sentir mal no estarán motivados y no lo vivirán como algo natural, confiemos en el niño/a y hagamos que aprendan de los errores; a ellos tampoco les gusta mojarse.

-          Los premios y comparaciones ayudan: aunque es normal que nos alegremos cuando consiguen hacer pis o caca en el orinal, no debemos convertir este proceso en una competición. No necesitan que nosotros les premiemos, nadie más que ellos desean conseguirlo. Tampoco debemos reñir, ni ridiculizar, evita las frases ¡otra vez se te ha escapado!, ¡ya eres muy grande para tener pañal!

Bien, ahora que sabemos que lo importante es observar y seguir al niño, algunas pistas que nos indican que empieza a estar preparado son:

-          Nota que se ha hecho pis o caca y lo verbaliza.

-          Se sienta por voluntad propia en el orinal o váter.

-          Pronuncia frecuentemente las palabras pipi o caca.

-          Se esconde para hacer caca.

-          Trata de quitarse el pañal, se resiste al cambio de pañal.

-          Se quita y baja la ropa.

-          No moja el pañal durante periodos relativamente largos (durante la siesta, un par de horas…)

-          Amanece seco por las mañanas (señal para el pañal nocturno)

Una vez veamos algunas de estas señales, podemos ser facilitadores de este proceso, por ejemplo:

-          Realizar el cambio de pañal de pie: aunque sea más difícil y lento, estaremos haciendo participe al niño, ya que podrá quitarse la ropa, quitarse el pañal y limpiarse con toallitas (con ayuda). De esta manera sentirá que es dueño de su cuerpo y se hará más consciente del pipi y la caca.

-          Preparar un ambiente para facilitar el proceso: es recomendable hacer los cambios de pañal en el baño para que lo asocie con el pipi y la caca; por ello podríamos tener un orinal o adaptador para el váter, toallitas, braguitas de aprendizaje y ropa cómoda a mano, una zona de lavado de manos (puede ser el bidé) a su altura y un cesto de ropa sucia. 


-          Comenta y habla sobre ello: explícale que es el orinal, para qué sirve, pregúntale si tiene ganas y quiere usarlo. Los cuentos también ayudan mucho a comprender y a normalizar el proceso; podemos también colocar alguno en el baño. Te dejo algunos de mis favoritos:


-          Crea rutinas: observa en que momentos suele hacer pis y caca y invítale a sentarse en el orinal en tres o cuatro momentos del día “Ven, vamos al orinal a ver si sale pipí o caca, yo te acompaño.” Pero siempre ten en cuenta que no debemos tomar el control de su cuerpo, sino que debemos dejar que tomen conciencia, que sientan y que controlen. Queremos que se establezca la conexión entre “tengo ganas= pipí o caca” no la de “sentarse en el orinal=pipí o caca”.

Como habrás podido comprobar, la clave está en observar, confiar y seguir al niño, aún así, a veces nos equivocamos y no pasa nada, si lo intentáis y sientes que no está aún preparado, lo mejor es volvérselo a poner y esperar a que sea su momento.
El control de esfínteres es un proceso madurativo natural, acabarán controlándolo, fluye y acompaña desde el respeto y la confianza.



BIBLIOGRAFÍA

Muñoz, B.M. (2018). Montessorízate. Criar siguiendo los principios Montessori. 

Barcelona: Grijalbo.

Prada, M. (2019). Educar en la felicidad. Montessori en el hogar, de la teoría a la práctica. Madrid: Oberon.

Sadurni, M. (2008) El desarrollo de los niños paso a paso. UOC

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